¿Tienes un empleo? ¿Te sientes atrapado en un negocio porque tus jefes no te permiten proponer, participar, crear e innovar? ¿Sientes la necesidad de trascender y el deseo de abrirte paso por ti mismo? ¿Sí? ¡Felicidades! Eres un emprendedor en potencia. Sin embargo, antes de continuar, debes considerar que las personas no solo aportan tiempo y trabajo a una organización –sea una institución pública o empresa privada–, también contribuyen con inteligencia y creatividad. Además, ni la creatividad ni el espíritu emprendedor son determinadas por una carga genética. Por el contrario, siempre que te prepares o encuentres un jefe que te guíe, estarás en condiciones de aprender a hacer negocios.
Para ser nadador, primero hay que aprender a nadar. Lo mismo ocurre en el mundo de los negocios: es necesario contar con conocimientos o experiencias básicas sobre lo que implica emprender para llegar a ser empresario. Seguramente te ha pasado: estás en una empresa como empleado y, de repente, observas cómo alguien comete errores, tiene fallas y, poco a poco, te das cuenta de que aquello que habías visualizado como una solución pudo haber sido la alternativa correcta. Así nacen los emprendedores: cuando alguien no está satisfecho solo con sus logros profesionales o laborales, sino también con lo económico. Por eso, debes estar atento cuando llegue la oportunidad de dar ese paso.
Normalmente, lo sentirás. Tendrás la certeza de que el proyecto realmente te motiva y decidirás esforzarte al máximo. Pero antes de lanzarte al ruedo, es importante empezar como una actividad paralela, identificar tu nicho de mercado y, si es posible, considerar asociarte con alguien.
Busca tu nicho
Comienza como una actividad paralela. Una vez que identifiques en qué te quieres enfocar, desarróllalo sin abandonar tu empleo actual. Es un error común dejarlo todo de inmediato: muchas personas venden propiedades, renuncian al trabajo y emprenden un negocio solo para terminar peor que antes. Hay que estar preparados, y aquí es donde cobra relevancia un plan de negocios. No es complicado, ya que hoy en día existen organismos que ofrecen asesoría gratuita y programas gubernamentales.
Encuentra tu propio nicho de mercado. El reto para un emprendedor no es solo iniciar una empresa, sino hacerlo de manera diferente a los demás y hallar ese nicho específico donde puedas posicionarte con mayores oportunidades de crecimiento y menor competencia. Recuerda que para algunos, la palabra «emprendedor» puede ser sinónimo de inexperiencia. Por eso, lo más recomendable es innovar en un nicho. Si no innovas, corres el riesgo de ser aplastado por competidores más grandes y con mayores recursos. Entre más rápido crezcas en tu nicho, más te alejarás de la competencia que seguramente vendrá detrás de ti.
Asociación y perseverancia
Reconoce que, por más inteligente que seas, nunca tendrás todas las respuestas. Identificar el nicho de mercado más adecuado no es suficiente; por ello, asociarte puede mitigar riesgos y sumar fortalezas. Hay quien dice: «Mejor solo que mal acompañado» o «Más vale ser cabeza de ratón que cola de león», pero los resultados en la práctica suelen demostrar lo contrario. La clave está en elegir con mucho cuidado a tus socios.
Oportunidad y creatividad
En tiempos de crisis es cuando más se activan los emprendedores. Mientras unas empresas cierran, otras identifican áreas de oportunidad en esos cierres o encuentran nuevos nichos de mercado que pueden explotar. Si decides abrir un negocio, identifica primero dónde están esas oportunidades, construye una fórmula de negocio y valídala rápidamente, buscando austeridad en los costos y eficiencia operativa. Lo interesante es que incluso en épocas difíciles, un negocio puede reinventarse.
Se trata de romper los paradigmas de cómo se han hecho las cosas, identificar mercados fértiles y redefinir estrategias si el mercado actual está saturado o se ha desinflado. En pocas palabras, lo que a veces conviene es reinventar el negocio para aprovechar las oportunidades que inevitablemente surgirán. Finalmente, sé creativo: encuentra nuevas maneras de generar ingresos y reducir costos para que tu margen de ganancia te permita sobrevivir y tener mayor capacidad de maniobra.